Cuando las personas están habituadas a tener estrés desde la infancia o durante periodos muy largos, es común que la ausencia de estrés pueda crear aburrimiento y poco sentido en la vida
Muchos constantemente decimos estar estresados, se ha vuelto una palabra familiar y parte de una normalidad. Platicamos de sus manifestaciones como algo cotidiano a lo que estamos ya acostumbrados; ¡Ay! siento un nudo en el estomago, me sudan las manos, me siento nerviosa gran parte del tiempo, no me puedo concentrar, se me olvidan las cosas, etc etc…..
La verdad es que no deberíamos de vivir constantemente con esto y, ¿Por qué no? Porque el estrés es un factor determinante en nuestra salud no sólo emocional sino físico. Entender el balance que debe existir entre la dinámica psicológica, el medio ambiente y nuestra fisiología es crucial.
El abordaje médico entre salud y enfermedad continúa suponiendo que la mente y el cuerpo están separados uno de otro , tomando esto como cierto la definición de estrés se vuelve simple y limitada.
El pensamiento médico usualmente ve al estrés como algo altamente perturbador a eventos aislados como por ejemplo: el desempleo, un divorcio , la muerte de un ser querido.
Estos eventos, que no son cualquier cosa, son estresores fuertes para muchos y tienen consecuencias negativas importantes a largo plazo.
Cuando las personas están habituadas a tener estrés desde la infancia o durante períodos muy largos, es común que la ausencia de estrés pueda crear aburrimiento y poco sentido en la vida. ¿Qué triste no?
Las personas llegan a volverse adictas a sus propias hormonas del estrés, adrenalina y cortisol.
Cuando las personas describen sentirse estresadas , generalmente quieren decir que su sistema nervioso está agitado, que los sobrepasan las demandas y expectativas laborales, familiares, sociales , financieras o de salud. Pero las sensaciones de tensión nerviosa no definen lo que es estrés.
Estrés me gustaría que lo abordáramos no como un sentimiento subjetivo, sino como un conjunto de eventos fisiológicos medibles en nuestro cuerpo, incluyendo al cerebro, el sistema inmunológico y muchos otros órganos.
El estrés es más dañino de lo que pensamos ya que consiste en alteraciones internas visibles o no, he ahí la importancia, ya que ocurren cuando el organismo percibe una amenaza.
Puedes sentir tensión momentánea por un evento o actividad, sin activar los mecanismos fisiológicos del estrés, por eso estar tenso no es lo mismo que estar estresado.
Es importante entender que el estrés se puede activar por un trauma emocional presente o del pasado, inclusive con sólo pensarlo o imaginarlo.
La experiencia del estrés tiene 3 componentes:
– El evento: Pueden ser situaciones que involucren lo físico o lo emocional y que el organismo interpreta como amenazante.
– El procesamiento de esa experiencia: Se trata de la fase en la que hacemos consciente lo ocurrido y comenzamos a darle una interpretación, es decir, un significado.
– La respuesta: Es la reacción que tenemos ante el evento ya sea en el momento o después.
Lo que define al estrés en cada uno de nosotros depende de nuestra disposición e historia personal . Los estresores más importantes vienen de una cuestión emocional.
Hay tres factores que universalmente conducen al estrés: la incertidumbre, la falta de información y la pérdida de control.
Por lo tanto, si tomamos control de nuestras vidas, repasamos nuestra historia y adquirimos conocimientos sobre nosotros mismos, podemos desarrollar herramientas para afrontar los desafíos naturales que se van presentando en los diferentes ciclos de nuestra vida y vamos a poder realmente disfrutar de cada momento.
Cuando no podemos lograr esto sólo debemos apoyarnos en los expertos porque ellos podrán ayudarnos a lograr el autocontrol y la felicidad que estamos buscando.