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¿Qué es la impulsividad?

Algo que nos diferencia a los humanos de cualquier otra especie animal, es que tenemos la capacidad de razonar sobre nuestros impulsos, podemos “pensar antes de actuar”. Sin embargo, no siempre actuamos de manera racional, ya que muchas veces nos dejamos llevar por nuestros instintos primitivos, incluso existen personas que reaccionan instintivamente a la mayoría de las situaciones que se les presentan.

Definir la impulsividad es algo muy difícil, incluso hoy en día, todavía no se define en su totalidad, solamente se utilizan ciertos rasgos que pueden acercarse a definirla pero estos todavía no son lo suficientemente precisos para convencer a la comunidad científica. Los más comunes utilizados son: impetuoso, irreflexivo o precipitado.

Una de las razones principales de esto es que la impulsividad normalmente es un síntoma que pertenece a otra enfermedad mental, como en el trastorno límite de la personalidad  en el que se presentan conductas irreflexivas, en el trastorno por déficit de atención e hiperactividad, en donde se presentan conductas de interrupción, en la ludopatía, donde se tiene un deseo incontrolable de apostar, o en el trastorno por atracón en donde se manifiestan sobre ingestas de comida

Facetas de la impulsividad

Para poder simplificar el concepto de impulsividad y poderla clasificar de alguna manera, los investigadores intentaron dividirla dependiendo el grado en la que se presente respecto a tres dimensiones básicas, es decir:

DIMENSIONES
  1. 1. Cognitiva: Se refiere a precipitarse en la toma de decisiones.
  2. 2. Motora: Por ejemplo, desarrollo de una acción sin proceso previo de reflexión
  3. 3. No Planificada: Esta dimensión hace referencia a una total falta de consideración sobre el futuro al llevar a cabo una acción.
Existen 6 facetas en donde se hace visible la impulsividad:
  1. 1. Dificultad para demorar la recompensa y búsqueda de la inmediatez

La impulsividad se caracteriza por los problemas a la hora de detener los impulsos, es decir, de frenar ciertas conductas aunque se sepa que va a existir una consecuencia negativa. Estas personas tienden a buscar la inmediatez en diferentes aspectos de la vida, y en muchas ocasiones esto es causa de violencia interpersonal.

  1. 2. No consideración de las opciones ni de los riesgos, y ausencia de planificación

En esta faceta, la impulsividad se orienta únicamente hacia el momento presente, por lo que la persona no tiene en mente las consecuencias de los actos sobre el futuro. Enfrentan todas las situaciones mientras se van presentando, se les complica demasiado elaborar planes a futuro. 

3. Urgencia por actuar

La impulsividad también se expresa como respuesta al estrés, de manera que pareciera imposible sostener la tensión que se acumula en el caso de inhibir la acción. Todos los trastornos del control de impulsos tienen en común esta urgencia por actuar, de esta manera, la tensión que siente la persona sólo se resolvería cuando realiza la conducta impulsiva.

4.Búsqueda de sensaciones

Otro rasgo que se asocia a la impulsividad es la necesidad de estímulos nuevos, lo que se expresa en la búsqueda de experiencias que incluso pueden poner en riesgo la integridad física o emocional de la persona, como lo puede ser abuso de sustancias, actividades sexuales riesgosas, y todas aquellas experiencias en donde predomina el placer antes que cualquier consecuencia negativa que esto pueda traer.

5. Escasa perseverancia

La impulsividad tiene como consecuencia que, ante cualquier error resultante de la conducta impulsiva, la persona se sienta incapaz de continuar esforzándose para darle la vuelta a la situación. Esto se relaciona con la dificultad para tolerar la frustración, causando que la persona abandone tareas fácilmente, lo cual es otro acto impulsivo.

6.Problemas de regulación emocional

La impulsividad también se manifiesta como la dificultad para regular las emociones. La regulación emocional requiere de espacios internos para observar en detalle lo que ocurre en el interior, para que de esta forma, se puedan desarrollar conductas más adaptativas.

¿La educación influye en la impulsividad?

La impulsividad en niños y adolescentes tiene mucho que ver con los factores sociales relacionados con el entorno donde más tiempo invierten en sus vidas, y el principal es la familia. Existe evidencia de que la manera de criar, puede influir en el modo en el que la persona aprende a regular lo que siente.

Las situaciones de abuso físico, psicológico y sexual aumentan el riesgo de que los niños y los adolescentes desarrollen a lo largo de los años conductas impulsivas. 

Todo esto es de suma importancia ya que la impulsividad puede llegar a tener consecuencias negativas para la vida de la persona tanto a corto como a largo plazo, como lo pueden ser el consumo de drogas, más riesgo a contraer enfermedades de transmisión sexual, e incluso más riesgo de caer en conductas delictivas.

Bases neurológicas de la impulsividad

​​La impulsividad no puede ser entendida, como una conducta aislada, más bien se trata de una tendencia a actuar de forma rápida y sin meditación alguna, con el objetivo de resolver una situación o manejar una emoción. 

Todo esto se explica mejor al investigar qué partes del cerebro y qué estructuras se asocian a la impulsividad. 

Una de las zonas del cerebro más relacionadas con la impulsividad es la corteza prefrontal, esta se encarga de que nosotros seamos capaces de razonar sobre nuestros actos, así como también se encarga de la planificación y de la capacidad para inhibir conductas o pensamientos no deseados, por lo que un daño en esta zona, implicaría cambios de personalidad e incluso, problemas de impulsividad. 

 

 

En nosotros, se encuentran dos neurotransmisores muy importantes encargados de establecer ciertas conexiones en el cerebro, estos son la serotonina y la dopamina. Se ha observado que un nivel bajo de serotonina se asocia a mayor impulsividad, lo que provoca en la mayoría de las veces la participación en actividades de riesgo. La dopamina, se relaciona con la impulsividad en su exceso; puesto que el aumento de la misma provoca una sensación placentera, la cual la persona va a seguir buscando.

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