Está comprobado que la música potencia emociones y sentimientos, al mismo tiempo que estimula la capacidad de recordar, la concentración, la atención, comprensión organización y seguimiento de indicaciones.
Además desarrolla la curiosidad y la imaginación. Mejora notablemente la capacidad de entender e integrar conceptos abstractos.
Por ello es una herramienta valiosa que usamos en la rehabilitación de niños con dificultades motrices, alteraciones sensoriales, trastornos del habla y lenguaje, trastornos de la atención y dificultades de aprendizaje.